¿Quieres ascender en tu compañía y te sientes invisible frente a tus superiores? ¿Perdiste tu trabajo y estás pensando en comenzar la búsqueda? ¿ No sabes cómo encarar una entrevista de trabajo? ¿Quieres emprender un nuevo proyecto?
Para todos y cada uno de estos objetivos es importante conocerse y saber qué se quiere. Pero hay algo que hay que tener en cuenta desde un principio: debe hacer algo por tu imagen.
Varios son los especialistas que se encargan de sacar del letargo a ejecutivos y profesionales que no saben qué hacer para posicionarse en su carrera o mejorar ciertas carencias. Desde la asesoría de imagen hasta el Personal Branding, cada uno por separado y manejando sus propios códigos, se han preocupado de este tema.
Aunque de cierta forma es común se crea que la imagen es superficial, no todo están de acuerdo y los ejecutivos están comenzado a asesorarse profesionalmente.
La fórmula de un hombre exitoso es aquel que utiliza el 85% de su marketing personal y el 15% del conocimiento en la materia. Si no conoce y no tiene explotada su imagen, difícilmente puede venderse.
Doce segundos tarda una persona en hacerse una idea de cómo lo es otra, quien explica que en ese tiempo crítico la imagen importa y mucho, pues define un juicio.
¿Será tan así?. Es posible, pero el asunto es si realmente podemos hacer algo por mejorar.
En mi experiencia los ejecutivos consultan bastante por cómo vestirse estratégicamente para una reunión de trabajo, sobre etiqueta de viaje de negocios y cómo transmitir autoridad por medio de la imagen.
Y es que aunque suene simple, para los profesionales la imagen a veces no es nada de fácil y suelen cometer muchos errores por desconocer algunos datos.
Los colores tienen una significación psicológica y por lo mismo hay que cuidar mucho los que se usará según la actividad. Si tuviera que aconsejar qué usar para en una reunión importante le diría que use una corbata roja, porque el rojo tiene la significación de algo vital y de pasión, es un color que enciende y si lo llevas con negro o gris genera un mayor contraste. Pero, no se lo recomendaría a alguien tímido, pues crearía expectativas falsas.
Ahora, sino tiene tiempo ni ganas de asesorarse profesionalmente, usted mismo puede transitar por 5 puntos que lo ayudarán a mejorar su imagen.
1. Lo peor es no hacer nada
Lo peor es quedarse sin hacer nada. Esta inmovilidad va de la mano del miedo.
Un miedo en estrecha relación con prácticas por parte de las compañías, que inhiben que los ejecutivos a que se den a conocer. “Las empresas ven que los profesionales y directivos no deberían tener una marca personal y ojalá que sean baratos y sustituibles, eliminar cualquier rasgo de rebelión.
Sin embargo, es un miedo que debe superarse, pues la alternativa es seguir donde mismo, con suerte, si es que no viene otro de atrás con mayor coraje y capacidad para hacerse de ese puesto que quiere conservar.
2. Claridad de objetivos
No hay nada más importante que el actuar en pro de un objetivo claro y definido. Es crucial para diferenciarse del resto y ocupar un lugar preferente en la mente de otros, busca advertir algo especial de sí mismo y explotarlo.
De este modo, sabiendo que el objetivo es A y no B, comienza la construcción de imagen. Por ejemplo, no es lo mismo aspirar a ser el CEO de una tradicional empresa, que el nuevo gerente de innovación de una compañía cool.
3. Identificación de un sello
Deténgase un momento, piense en sus objetivos, y hágase un FODA. Pues bien, tome el cuadrante de fortalezas y decídase por algunas que le servirán de carta de presentación. Es importante que sea sincero, por lo que descarte concientemente del wishful thinking aquel que confunde deseo con realidad. Con eso llegará a una lista de atributos, elija aquellos pocos que más se acerquen a su objetivo y vea que no se contrapongan conceptualmente entre sí (tradicional e innovador, por ejemplo).
¿Lo logró?
Entonces ha reconocido los rasgos de identidad que pueden darle una imagen consistente, pues no olvide que una imagen sin identidad de respaldo, se difumina tarde o temprano.
Pero no es suficiente, alcanzar un sello implica también comprender qué de esas fortalezas lo diferencian de los demás. Aquí entramos en la sintonía fina: Imagine al diseñador de Apple que Steve Jobs le encargó un logo, y comience a trazar el boceto del ejecutivo que usted quiere que vean en usted con los atributos que pretende.
4. Aplique el sello y muéstrese
¿Ya sabe quién puede/quiere ser? pues entonces comience a adquirir los elementos que le harán falta para hacer eso visible (sin exagerar). No se trata solo de comprar la ropa adecuada o la última aplicación tecnológica, sino también de llenarse de la actitud que busca proyectar. Si descubrió que su sello es el del riesgo, llegue en bicicleta. Si quiere proyectar confianza, salude a todo quien se le cruce, y así...
Y haga todo esto visible, “en vez de encerrarse en el despacho, la recomendación es a que salgan, que se hagan ver", dice Pérez.
Existen tres etapas posibles para mostrarse. Vea, según sus objetivos, hasta cual quiere llegar.
a) La primera es que los directivos de la empresa lo conozcan y reconozcan sus atributos en reuniones y encuentros cotidianos.
b)La segunda es promover situaciones en que se exponga más, como dar charlas, ponencias y cursos.
c)La tercera, es llegar a todo el mundo, y no es difícil, como aparecer en prensa, por ejemplo.
5. No olvide el mundo virtual
No todo se remite a la imagen presencial, los ejecutivos consultan bastante por cómo gestionar su imagen en las redes sociales.
Hoy la primera aproximación hacia alguien que quieres saber quién es a través de las redes sociales. Cada vez que conocemos a alguien lo googleamos.
Las redes sociales son como los tatuajes, pues dejan huellas de luego uno se arrepiente.
Saludos!

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